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2005-08-20

Las dos caras de la moneda

Vietnam es capaz de ofrecer al viajero lo mejor y lo peor. Ahora mismo venimos de darnos un homenaje culinario (y van...) a orillas del rio Hoi An en la ciudad homonima. Hoi An es un paraiso, hace sol pero apenas hay humedad con lo que el calor es como el de Madrid, facilmente soportable. Los cielos son de un azul intenso, los restaurantes tienen todos un tremendo encanto, la comida es superior y esta lleno de tiendas que te hacen la ropa que tu quieras de un dia para otro y a medida, eligiendo el tejido, la confeccion y el color (y cuando digo lo que quieras me refiero excatamente a eso. Tu vas con una foto de Angelina Jolie y les dices que quieres ese mismo vestido pero a tu medida y los tios van y te lo hacen!!!). Ademas esta lleno de bares acojonantes que te sirven cerveza por cuatro chavos y encima todo el pueblo se puede recorrer a pie o en bici comodamente y esta lleno de casas coloniales, templos, pagodas y cofradias de los antiguos comerciantes chinos. Para terminar de redondear la jugada dormimos en un hotel con piscina en la azotea, aire acondicionado, cama tamano king size, television por satelite, nevera y desayuno buffet por solo 15$ la noche.

Pero claro, para llegar a semejante oasis tuvimos que sufrir lo nuestro y todo, claro, por no hacer el turista e intentar ir de guays, de autenticos y de viajeros del mundo. Si es que somos gilipollas. Salimos ayer de Hue en tren hasta Danang. Este tramo del ferrocarril esta considerado como uno de los mas bellos de Asia y si que lo es, con el tren subiendo un pequeno puerto de montana junto al mar de forma que, a un lado ves valles de un verde intenso cubiertos por hilachos de niebla y por el otro colinas que descienden en picado al mar o playas increibles y casi virgenes.

El tren ya es la monda pues ibamos rodeados de charlies que no hacian mas que zampar y vociferar. Pero bueno, ibamos en un vagon de los buenos con butaca y aire acondicionado. Lo chungo vino despues. Habitualmente el trayecto entre Hue y Hoi An lo suele hacer el 99% de la gente en minibueses para turistas de forma que jamas ves el Vietnam real. Nosotros, aunque solo fuera por un dia, queriamos evitar la facil comodidad del minibus (que es muy barato si, pero aseptico e irreal) o el elitismo del avion y decidimos ir a la Estacion de Autobuses de Danang (una ciudad que es un poco como la Marsella o el Palermo de aca) para coger el autocar de linea.

Si ya de por si las estaciones de autobuses suelen ser lugares sordidos imaginaos la de Danang. Eramos los unicos occidentales en 50 km a la redonda y cuando vemos el autobus que va a Hoi An pensamos "Bueno, por lo menos solo seran un par de horas". El bus habia pasado no solo por la Guerra de Vietnam sino yo creo que hasta la de Crimea. Jamas habia visto un cacharro tan viejo y desvencijado. Luego intentamos subir pero el tipo del autobus nos queria cobrar una pasada asi que fuimos a las taquillas y se vino una revisora. La cosa se empezo a caldear porque el tio del autobus decia (creimos interpretar) que el precio del bus era para vietnamitas y los occidentales tenian que pagar mas y la revisora que decia que no, que eso era ilegal.

Y venga paseo para arriba, paseo para abajo y al final nos cobra la revisora y nos da unos billetes escritos de su puno y letra. Nos volvenmos al autobus y el tio no nos deja subir. Y yo gritando que yo habia pagado y que por mis cojones que subia al bus y Nati que se va a buscar un policia. Bueno, aquello era la marimorena. Al final subimos tras pagar un poco mas por las mochilas y nos colocamos atras del todo. El bus parte y vemos que el tio que no nos dejaba subir no era el conductor sino un machaca psicopata perdido que llevan los buses para ir pillando gente sobre la marcha sin que se enteren en la estacion de autobuses.

El autobus atraviesa la ciudad a 2 km/h pillando a la gente mas humilde y sus mercancias, metiendo bicis y carga en el interior hasta los topes y luego las que ya no caben van al techo. El psicopata tiene una fuerza descomunal y Nati y yo pensamos que nos van a llevar a una cuneta y dejarnos alli listos para hacer chop-suey con nuestros restos. Pero no, vemos que el tio se comporta igual con todo el mundo. Hay peleas, gritos con los pasajeros, intentos de extorsion, el tio cogiendo por la camisa al que no le paga lo que le dice o casi tirando por la puerta a una vieja que no queria pagar lo exigido. Bueno, un show que contado ahora da la risa pero que resulto de los mas violento que uno pueda imaginarse.

Al final llegamos a la estacion (bueno, un descampado a las afueras, en realidad) de autobuses de Hoi An y alli nos montamos con las cuatro mochilas en dos motos deseando dejar atras el psicobus.

Por cierto que manana tenemos plaenado alquilar unas bicis e irnos pedaleando hasta la playa para pasar el dia alli. A tocarnos las narices frente al Mar de la China.